"María tenía un corderito" no es solo una pieza para flauta dulce

Aceptar que los contenidos para la formación musical performativa del estudiantado en escuela primaria están predeterminados denota falta de curiosidad y creatividad por la educación. Toda melodía, letra o ritmo adquiere dimensiones históricas cuando buscamos en la profundidad de sus inicios.Tampoco la enseñanza de instrumentos musicales está exenta de esta afirmación. Este es el caso de la flauta dulce, flauta de pico o sencillamente la flauta soprano como objeto de instrucción musical. Este instrumento tan subestimado no es parte principal de las opciones músico-educativas en muchas partes del mundo. Es muy común el uso de Zikus en Perú y del Danzo en Corea para ocupar el espacio instrumental en una clase de música escolar. Por otro lado, el desarrollo biomecánico, la longitud de los dedos o el entrenamiento musical son criterios necesarios pero no determinantes para establecer una secuencia de repertorio. Más bien el propósito y la necesidad educativa de los educandos debe marcar la pauta. Es sabido que la pertinencia cultural es parte fundamental de un buen ofrecimiento académico. Sin embargo, esa riqueza de información no es igualmente descrita en la clase. Tal vez en demasiadas ocasiones se limita esta actividad musical a notas, lectura y digitaciones solamente. Si tomamos en cuenta que la transversalidad de temas es un principio pedagógico de actualidad, no podemos seguir arrastrando presunciones sin replantearse nuevas miradas. Comencemos con la melodía de Hot cross buns que se usa para iniciar el viaje musical con la flauta de pico. Su simpleza en la secuencia de digitación y su ritmo repetitivo tiene el consenso entre los educadores musicales a la hora de escoger esa primera canción para interpretar. No obstante, su valor musical o cultural no es igualmente difundido. Es importante saber que la melodía viene de un pregón en la Europa medieval y que la letra pretendía convencer a los ciudadanos de la época de que compraran un pequeño panecillo con una cruz de azúcar como marca. De igual forma, la ingenua melodía de Mary had a little lamb encierra una cantidad de asuntos pertinentes a los tiempos que trascienden su sencillez. La letra que se desprende de un poema de la escritora estadounidense Sarahn Josepha Hale (1828-1877) y musicalizado por el compositor y banquero Lowell Mason(1792-1872) presumiblemente cuenta la historia de María Sawyer, una niña a cargo de un corderito blanco que la acompañaba a la escuela. El ex-'Beatle Paul McCartney describe en detalle este hecho en su contagiosa versión musical. Es interesante también revelar el dato de que Hale editó la primera revista feminista en su país y que fue la precursora intelectual de la celebración del día de acción de gracias, luego de que cuatro presidentes se hicieran de oídos sordos ante su iniciativa para tratar de unir a la nación luego del conflicto armado intraterritorial. Un hecho que podría contrarrestar la versión oficial sobre la presunta relación pacífica entre colonos y nativos. Es decir, que esta melodía tan popular en muchos lugares del continente americano y europeo puede ser el pretexto para provocar diálogos de reflexión sobre el racismo, el feminismo, la lucha de clases, la historia no dicha, el cordero como símbolo de pasividad, el pensamiento crítico y quién sabe que tantos temas más.