Sanar oídos con música en tiempos del Coronavirus

Del libro Limpieza de oídos (1967), del compositor, educador y ecólogo sonoro Murray Schafer se desprende el siguiente planteamiento:  Se empieza prestando atención a los sonidos. El mundo está lleno de sonidos, pueden escucharse en todas partes. Los sonidos más obvios son los que se pierden con más frecuencia, y la operación de limpieza de oídos, entonces, debe centrarse en aquéllos. Partiendo de las palabras de Schafer también puedo interpretar que existen sonidos y propuestas sonoras que pierden su conciencia, y se convierten en el inconsciente de las acciones impensadas. Posiblemente somos presos de la ansiedad que provoca los últimos acontecimientos mundiales y de los medios que nos lo comunican. De la misma forma, nuestros estudiantes reciben esa exasperación que provocan las principales fuentes de información internacional. En esa dirección dirijo mi reflexión como educador musical y me replanteo la misión como curador de las propuestas musicales del momento y sus efectos en la sociedad que habito.

Es harto conocido que la música ejerce una influencia directa e inestable en las gestiones y emociones humanas. Esta condición es utilizada en usufructo por los medios masivos comunicación. Si hacemos un recorrido por las bandas sonoras de los noticieros televisivos de mayor atención planetaria (CNN, CBS, BBC, ABC, entre otras) podremos notar que sus tempos(velocidad) se pasean por 120 pulsaciones por minuto, utilizan una buena cantidad de sonidos electrónicos sobre los acústicos, emplean secuencias rítmicas aceleradas en acentos en multiplicidad de hemiolas dentro de métricas binarias en forma de marcha o ternarias compuestas con un sentido indefinido de vigencia sin final. Sin darnos cuenta, nos hemos acostumbrado a recibir información “noticiosa” con el corazón en vilo en gran medida por la banda sonora que la apoya. Ante la situación de la pandemia del coronavirus estas músicas, de forma hiperrepetitiva, otorgan significados discursivos a los diferentes factores que rodean este asunto. Por ejemplo; se les adjudican culpas a los chinos porque comen cosas raras, un contagio augura la muerte, no se hace caso de lo que recomiendan los galenos, nos apropiamos del conocimiento científico experto, y un largo etcétera que provoca en la población, lo que llamé anteriormente, acciones impensadas (ansiedad para abarrotar gasolineras, hospitales y supermercados).

 

 

¿Como podremos limpiar nuestros oídos y el de nuestros estudiantes ante este colectivismo del desastre? Interesantemente para este escenario, la música que, como paradigma, se le aplican propiedades curativas, reflexivas, relajantes y conmovedoras está ligada al Oriente (China, Japón, India, etc.) o al Medio Oriente (Arabia, Irán, etc.). Como dato curioso, la opinión general tiene algún reparo con esta región dada la información de las masas. Por lo tanto, es un buen momento para escuchar la música con sus sonidos naturales y su emisión a través de flautas, cordófonos y cantos, matizando el juicio de la población. También, es muy oportuno incluir en nuestras propuestas educativas la música de pueblos originarios de Norte, Centro y Suramérica, además del Caribe. Las características rituales, libertarias y colectivistas (vocales e instrumentales) son de gran significado para estos tiempos en los que nos encontramos. La posibilidad de que se planteen otros imaginarios ante una situación que nos iguala como habitantes de la tierra se amplia con nuevas sonoridades y manejos sonoros de sensibilidad inefable. La misión educativa que nos toca vivir recaba de composiciones a la medida del ambiente contextual en todo nivel educativo (canciones infantiles nuevas, arreglos de solistas y ensambles, etc.), creación de propuestas musicales grupales innovadoras, escucha de atonalidades, disonancias, escalas modales o de tonos completos, proponer pausas más prolongadas entre melodías o entradas rítmicas, utilizar cualquier objeto que pueda emitir un sonido o varios, exploremos los tempos moderados y lentos. Aprovechemos el momento para propiciar nuevas oportunidades de reflexión musical que nos brinde refugio.