Cantar es vivir: haciendo punto al son de Puerto Rico.
Las líneas que anteceden esta propuesta de nuevo año están cargadas de un conocimiento tan profundo como el que más. Así como esta canción nos alumbra el camino de la existencia y nos renuevan el alma, debemos seguir creyendo en nuestra profesión con más ahínco. Para todos los maestros y maestras de música el lema principal debe ser: Cantar es vivir. Sin duda, permitirnos el placer de la autoexpresión a través de nuestra labor diaria es un gran privilegio. Redescubrir nuestras voces tan a menudo y ayudar a otros a descubrir la suya nos ubica en un sitial como motivadores en el proceso de sanación física y emocional de nuestros estudiantes. Esta misión se hace más llevadera cuando dentro del marco de la canción popular propia puedes contar con la reflexión continua en un amplio repertorio ajustable a cualquier circunstancia. Es decir, tome el punto y lo cambia de son para seguir haciendo. Esa es la interpretación que asoma a mi mente cuando recurro a Haciendo punto en otro son, grupo musical de gran trascendencia en el cancionero puertorriqueño, como manual para despertar sentimientos dormidos o abandonados por la población que debo atender como músico-maestro.
A través del repertorio de este equipo de ensueño músico-humano, se puede identificar una gran sabiduría interior que transmite la necesidad de una continua transformación en el devenir de nuestra vida como puertorriqueños. Afirmar todo lo expresado hasta el momento no es difícil. El encuentro con la voz del mayor de los Croatto durante mi juventud y una eventual corta, pero, productiva coincidencia en su estudio de grabación, el descubrimiento de Silverio como compositor de muchas canciones amigas, la instrucción de Cuqui con su genialidad musical en los años de mi formación, la admiración por Irvin García como cantante, escritor y colega y, la amistad entrañable de Nana Latorre que llegó con su flauta como escolta y que ahora me es referencia obligada en tantos temas de conversación sentida, son algunos ejemplos del anecdotario personal. Además, de contar con el cariño de tantos otros que primero o después fueron parte de los variados juntes inolvidables. Pero, así como su toque mágico reconozco personalmente, tengo la seguridad que Puerto Rico también se sentirá desde adentro en sus canciones. Las frases recurrentes como; somos fuertes, somos resilientes, todo tiene un propósito, hay que echar pa’lante, entre otras, tomarán un sentido más cercano y genuino poniendo los puntos con Haciendo punto en la génesis de nuestras realidades.
En estos momentos en que la naturaleza terráquea reclama la armonía con sus habitantes, considero que canciones como Cantar es vivir, Música, En la vida todo es ir, Ensillando mi caballo, La muralla, Quiero vivir, entre otras, toman una relevancia más allá del compartir entre amigos cuando todos queremos cantar y sentirnos a través de Haciendo punto. En cada campamento de refugiados, encuentro familiar, escuela, plaza o cualquier espacio de reunión solidaria, educativa, festiva o reflexiva no puede faltar este playlist para escucharlo, acompañarse con instrumentos, bailarlo o cantarlo o gritarlo con o sin permiso para la lágrima. Las canciones hacen olvidar la relación entre nuestra voz y el resultado del cantar que a veces nos cohíbe. Después de todo, siempre queremos cantar. Es el aire que sonoriza nuestro cerebro, aumenta los deseos de caminar y aumenta nuestras fuerzas. ¡Estamos hechos para cantar!