¿Por qué un salón de clase inmóvil y en silencio?

Segunda parte: Escuela primaria, intermedia y secundaria

No podemos olvidar que la oportunidad de realizar actividades diferentes a las demás materias se concretiza durante la clase de música. No obstante, en muchas ocasiones los maestros y maestras de música intentamos establecer las estructuras y guías de comportamiento según se nos fueron impuestas en los años de formación. Inclinarnos por el silencio absoluto, el congelamiento del movimiento y un tiempo de atención ilimitado sería lo más fácil. Por el contrario, la experiencia musical establece intermitencias enmarcadas en un enfoque multisensorial de la sonorización personal. Luego de establecer las condiciones que aseguren una empatía con los estudiantes en lo ambiental y en la relación directa, como mencioné en mi escrito anterior, lo próximo sería establecer los comportamientos musicales que queremos desarrollar y los contenidos musicales que los provocarán. Es preciso apostar a que la música misma será lo suficientemente efectiva para regular el buen ambiente y la sana interacción entre los estudiantes y el docente. Podemos identificar conductas musicales como: la expresión corporal, la audioperceptiva, la ejecución vocal e instrumental, la composición, la improvisación, entre otras. Estas conductas pueden estar dentro de un marco de interpretación, creación, comunicación, expresión y exploración sonora. Ciertamente el contexto escolar y la población de alumnos darán el tono a la dinámica deseada.

En el caso de la enseñanza de la música en escuela primaria la actividad debe superar por mucho el razonamiento. Pero sin alejarse de la reflexión consiente sobre el aprendizaje en el qué hacer. Cantamos, nos movemos mientras lo hacemos, percutimos en el cuerpo, apreciamos los instrumentos que escuchamos y ejecutamos y construimos nuevos objetos sonoros para asegurar la participación plena. En el nivel secundario los intereses y necesidades individuales se agudizan. Esto exacerba la necesidad de identificar el propósito de la música y su aprendizaje. Más aun en unos tiempos donde lo que funcione y lo práctico domina muchos de los escenarios educativos. En el escenario de una población adolecente o pre-adulta usualmente proliferan los conjuntos musicales como medio casi exclusivo de la clase de música. No obstante, la composición musical, la creación de música digital, la construcción de instrumentos, la exploración de las posibilidades de la voz, la recreación de ambientes sonoros naturales, el diseño sonoro para actividades relacionadas con otros cursos, en fin, diversificar la participación musical de toda una comunidad de aprendizaje hace de la clase de música una digna de atención.