¿Repertorio navideño tradicional o experiencia musical para nuevos tiempos?

Tanto el periodo navideño como el de fin de curso escolar representan retos decisionales en cuanto al repertorio y las actividades que el educador musical debe realizar para cumplir con las expectativas de la institución en que labora. En especial la navidad acarrea una gran cantidad de definiciones que, en la mayoría de los casos, es muy complicado armonizarlas dentro del entorno escolar sin lesionar alguna sensibilidad. Sin embargo, no deja de ser una gran oportunidad para que los docentes de música enriquezcan la cultura musical de su entorno educativo. Por eso, la continua reflexión e investigación por parte del educador debe ser siempre la guía al momento de realizar una propuesta de contenido musical que verdaderamente implique un ascenso educativo en toda la comunidad de aprendizaje.

Antes de determinar el repertorio que se interpretará en el programa de navidad hay que provocar una reflexión de propósito. ¿Qué conlleva esta festividad? ¿Por qué la celebro? ¿Cuándo comenzó a celebrarse? ¿En todo el planeta es igual?, son algunas de las preguntas que muy bien podrían ayudar en la búsqueda de la música en la que se involucrará el estudiantado. Decía José Saramago, el premio Nobel de literatura de 1998, que la conciencia es la capacidad que debemos formar cada día para la reflexión, para el debate, para el examen en profundidad de las cosas, y en las circunstancias. Con esas palabras en mente, podemos problematizar algo tan periódico como la educación musical en tiempos de navidad.

Recientemente llevé a cabo una pequeña encuesta entre mis alumnos de escuela elemental con la sola pregunta; ¿Qué significa la navidad para ti? Los resultados fueron más que suficientes para delinear mi tarea docente en esta época. En promedio, toda la navidad se circunscribía a nieve, Santa Claus y regalos. Ante estas circunstancias, no sería propio presentar la pieza Jingle Bells por la sencillez de su interpretación o Noche de paz sin su debida explicación sobre las circunstancias de su composición. También, seria desacertado escoger por comodidad el repertorio coral o instrumental solo por la riqueza armónica o melódica de arreglos disponibles en el mercado y sin ofrecerle al menos la concienciación del contexto de la creación de la obra. Sin duda, es preferible realizar los propios arreglos musicales del repertorio a fin a los estudiantes, pero sin perder los objetivos educativos. 

La prominencia que tiene la música en la época navideña permite abordar temas culturales, religiosos, filosóficos, sociales y éticos que en otro espacio del año serian difíciles de cubrir. Cada país posee interpretaciones del solsticio de invierno o de verano según la posición respecto al Ecuador. Así como para nosotros es Navidad o la celebración judeocristiana del nacimiento de Jesús, en otras culturas celebran los muertos o los efectos del sol o la luna en la naturaleza de su región. Lo importante es identificar los momentos en que la música sirve de medio para llevar esos significados y apropiarse de ellos. No necesariamente la navidad es fría y nevada, los cascabeles u otros metalófonos son el sonido ideal y el repertorio está determinado previamente para la ocasión.

Ya sean villancicos, himnos, música ritual, de concierto, popular o comercial deben estar al alcance de los alumnos. Los aspectos técnicos como la regularidad del ritmo, el pulso, las síncopas, las armonías, la complejidad melódica, el estilo, entre otros, deben ser observados por el educador musical dentro de parámetros que promuevan la participación y el valor colectivo de ofrendar en el momento del año en que nos embargan sentimientos únicos.