Sistemas alternativos de notación musical

Se entiende que la notación musical es un conjunto de símbolos que tienen como función representar realidades sonoras para su preservación, interpretación y difusión. Los enfoques tradicionales de la enseñanza musical se dirigen hacia el conocimiento de los símbolos occidentales de la notación de modo que el alumno lo pueda aprovechar universalmente. Ciertamente, la decodificación efectiva de la representación gráfica de los sonidos en contextos musicales augura el éxito en contextos serios y ortodoxos del entrenamiento formal para el oficio y el arte de la música (Escuelas especializadas, Conservatorios y Universidades).  Sin embargo, el no estar al tanto del proceso del desarrollo de esta capacidad, reduce el hecho educativo de que la adquisición de estos conocimientos, destrezas y habilidades relacionadas con la lectura y la escritura de la música implica un grado de dificultad que merece especial consideración.

Es importante plantearse como educador musical si es apropiado utilizar la notación musical convencional desde las etapas tempranas de exposición a la música o si fuese relevante utilizar otros medios de representación gráfica. Por otro lado, también sería interesante si el experimentar con otros sistemas que renueven y reemplacen, complementariamente, algunos aspectos de la escritura tradicional amplifican la representación de la expresión sonora desde una perspectiva artística y cognoscitiva al mismo tiempo. Las nuevas tendencias compositivas apuntan a una constante evolución en la forma de ser representadas. Pero esa misma diversidad e inestabilidad hacen de su grafía una muy frágil, lo que no le permite sobrepasar la etapa experimental y se sucumbe nuevamente en el método tradicional. Esta reacción no necesariamente esta en consonancia con los principios fundamentales de una educación musical acorde con los tiempos y pone en entredicho el compromiso que se tenga con una educación musical viva.  

Existen propuestas relacionadas con la didáctica del ritmo u otros aspectos del evento sonoro como las de Paul Hindermith, basadas en el pulso y el acento, Carl Orff, haciendo acopio del ritmo del lenguaje y Edgar Willems y la identificación de las alturas de los sonidos. Obviamente, estas propuestas están guiadas por el objetivo de comenzar a entender las relaciones entre los sonidos basadas en la regularidad, las acentuaciones y las velocidades métricas de forma lineal. Esta línea metodológica seguramente pone su norte en la lectoescritura musical en el pentagrama.

Desde otra perspectiva, Murray Schafer y John Paynter quisieron extender esa experiencia agregando otras sensaciones a través del dibujo musical o mapas sonoros. Debemos postular con esta información que existen diversas propuestas para el desarrollo del pensamiento simbolico de la música.  En este punto incluyo el concepto de notación analógica de la música o sencillamente del sonido en sí mismo como pauta de su reacción visual. Compositores como el húngaro György Sándor Ligeti utilizaron esta tipología musical para representar algunas de sus obras. Como propuesta didáctico-musical, la notación analógica es utilizada en países como Argentina, Nueva Zelandia, Noruega y España entre otros países. Esta forma de conceptualizar la grafía musical responde al hecho de alejarse de la meta por la exactitud y adentrarse en el significado de la experiencia musical del ejecutante. Es bastante común que se asocie las partituras analógicas con la falta de coherencia, pero también se puede generar que esa idea de aleatoriedad supone un avance por ajustarse al lenguaje musical contemporáneo y la relevancia pedagógica.  Por otro lado, ubica al interprete dentro de su posición dentro de la obra cuando no está leyendo hacia la misma dirección de sus compañeros. Por ejemplo, pueden existir partituras que se lean de derecha a izquierda o de abajo hacia arriba o a la inversa. También la propiedad sonora del objeto musical determina la forma de representarlo gráficamente. Una de sus características principales es que cuando el intérprete la ejecuta, lo hace como primera experiencia con la obra. Es decir, en la mayoría de los casos se enfrenta la obra en el escenario por primera vez. En el ámbito escolar, se recomienda estos primeros contactos con la notación musical desde la edad temprana dado el hecho que es muy flexible y ajustable al desarrollo integral de los estudiantes.